Raúl de Molina genera indignación con comentarios sobre la muerte del Papa Francisco
El programa "El Gordo y la Flaca" de Univision se ha convertido en el centro de una fuerte controversia tras la cobertura del fallecimiento del Papa Francisco. Sin embargo, la polémica no surgió por la información brindada, sino por los comentarios de su conductor, Raúl de Molina, que han provocado un rechazo masivo entre la audiencia.
Durante una transmisión especial del programa, dedicada a la cobertura de la muerte del pontífice, Raúl de Molina realizó una serie de declaraciones que han sido calificadas de insensibles y especulativas. El presentador cubano-estadounidense afirmó: “Terminó el Domingo de Resurrección y después de haberle dado la vuelta al Vaticano, el papa, que estaba extremadamente mal de salud, muere”, insinuando luego, con tono dubitativo, que posiblemente “se esperó hasta esa fecha para dejarlo partir en paz”. De Molina incluso llegó a comentar: “¿Quién sabe si eso es lo que verdaderamente sucedió? Nunca creo que se va a saber”, abriendo un debate inmediato y negativo en las redes sociales.
Su compañera de set, Lili Estefan, intentó suavizar la situación, mencionando "los misterios entre la vida y la muerte" y sugiriendo que "muchas personas creen que uno decide qué día partir". Sin embargo, el daño ya estaba hecho. Los comentarios de De Molina fueron percibidos por muchos como una grave falta de respeto y sensibilidad ante un evento de profundo significado espiritual para la comunidad católica. Además, sus insinuaciones sobre supuestas "artimañas en el cónclave" para favorecer a ciertos cardenales solo agravaron el disgusto de los televidentes.
Las redes sociales se inundaron rápidamente de mensajes críticos hacia Raúl de Molina
Los usuarios han expresando su indignación y acusándolo de "falta de respeto, empatía y profesionalismo" en un tema tan delicado. Entre los comentarios más destacados se encontraban: "El Gordo Molina no debería faltar el respeto con sus comentarios, que se los guarde si así es su corazón" y otros aún más contundentes como: "Este señor solo debería hablar de farándula y no de temas tan delicados".
La ola de desaprobación ha generado una fuerte presión sobre Univision, con la audiencia exigiendo mayor rigor y respeto en la cobertura de eventos religiosos. La cadena televisiva se enfrenta ahora al desafío de manejar la controversia y restaurar la confianza de sus televidentes.